viernes, 24 de julio de 2009

Me atrapé en una mentira haciendo abuso de mi soledad. De repente siento que ya no puedo alcanzar a nadie. Todo está muy lejos de mí. El silencio llega a abrumar a veces, y que lo haya elegido no significa que me agrade. Quisiera creer que fue la única opción que tuve, pero sabemos que me gusta jugar a engañarme, y tratar de expandir mi engaño más allá de las medidas de lo razonable, de lo posible.
Sería difícil que enumerara todas las cosas de las que me arrepiento. Está en mi naturaleza cometer errores evitables para refugiarme en la melancolía y sentirme incomprendida. Parece ser una especie de cueva oscura que hace las veces de hogar.
Y un terremoto interno hace que cuestione mis ideales, mis contradicciones. ¿Hasta dónde llegué? ¿Hasta dónde puedo llegar? Secuencias de imágenes que intentan hacerme ver que no soy más que un espacio en blanco me profanan la existencia.
Ya no hay nada que decir.

jueves, 16 de julio de 2009

Estabas ahí
y no notaste que yo también
estaba donde estabas.
Me convierto en sombra pasajera,
en peregrino silencioso.
Yo estaba donde estabas,
y no era más que eso,
no más que un pedazo de tu silencio.
Sólo soy un trozo más
de tu arrogancia.

lunes, 13 de julio de 2009

La luna no es suficiente
para mis propósitos.
Espero esa canción
para romper este silencio,
y decir con palabras de otros
lo que tengo para decir,
porque las mías no alcanzan.
Y sin embargo,
esbozo estas líneas
porque también quiero decir nada
cuando intento decir algo.

domingo, 12 de julio de 2009

Creo que no sé expresarme. Ni dar consejos.

viernes, 3 de julio de 2009

(...)¿cómo era posible? ¿Cómo me podía haber pasado esto a mí, el joven alado, el poeta, el amigo de las musas, el peregrino del mundo, el idealista apasionado? ¿Cómo se me habían acercado, tan despacio y a hurtadillas, esta parálisis, este odio contra mí mismo y contra todos, esta obstrucciónd e todos los sentimientos, este hartazgo malicioso, este infierno mugriento de desesperación y vacío sentimental?

El Lobo Estepario - Hermann Hesse

Está bueno reencontrarse con un libro amigo...