Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Jorge Luis Borges
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Y vuelves a incendiar las torres del imperio que se arma en tu ausencia. Vuelves a tentar destinos que insisten en negarte. No puedes volver a ser luz y sombra de esta eternidad; has sido desterrada. El ego no lo tolera; pide que escapes.
Tu nombre se había hecho cenizas, y ahora se incendia en ellas. Al compás de la discusión banal, se mueven tus manos para tocarme. Mis brazos se ponen esquivos; es algo que aprendieron en el frío. El silencio congela el momento, y empiezo a dudar. He de correr. He de quedarme y besarte. ¿Por qué no bajas la mirada?
Es tu vanidad sobre mi orgullo; tu desliz frente a mis ganas de negarlo. El olvido no existe, lo dijeron y lo repetí. Pero sí existe el miedo: miedo a la mentira. Siempre todo fue un engaño a ojos del vulgo. Ahora mis ojos se acoplan a la opinión pública. Esta red de blasfemias a la honradez humana debe cesar.
He de correr. He de besarte. ¿Acaso no es lo mismo? Correr hacia la derrota; hacia el instinto que ha de quebrantarme. Debo obedecer mis instintos. Debo perderme en esa sonrisa.
thesaltamontes-