viernes, 16 de noviembre de 2012


Pérfida soledad
que emana hastío,
que revuelve el estómago
por las noches,
por las dudas.
Por las trampas que se tejen
brindo entre sorbo y sorbo,
entre miedo y polvo,
entre desnudez y disfraz.
Implora el hombre,
llora por el Verbo.
El diccionario nos enseña
que la palabra nunca
podrá explicar.
Por eso somos
nada más que un anhelo de puente,
un conglomerado de deseos,
el hambre voraz.
No hay remedio en el mundo
que vaya a regalarte la paz.

1 comentario:

Francisco Guillamet dijo...

"Por eso somos
nada más que un anhelo de puente"

Genial! Saludos