lunes, 18 de noviembre de 2013

La transpiración corre por tu cara, infeliz. Te delata. Tu mirada centelleante, tus palpitaciones enfurecidas, tu respiración tan fuerte tan entrecortada tan.
Todo tu cuerpo es una muestra de debilidad ante la Otra. Las manos, torpes, que nada encuentran. Las piernas, tan ajenas, tan inmutables, tan faltas de respuesta. El torso, agitado, ensanchado, cubierto de los vestigios que serán -que son- tu condena.
El discurso zigzagueante, el lenguaje barroco, el tartamudeo, la verborragia trunca, el sentido que insiste, el pronombre que consiste, el velo las fauces el velo.
Ya no hay luces. Caen las ropas. La respiración.
El cuerpo. Tu cuerpo el cuerpo los cuerpos que son tantos que son tan pocos que son nada.
No hay cuerpos.
No hay Cuerpo.
La transpiración corre por tu cara, infeliz. Te delata. Buen día. Aquí no ha pasado nada.

No hay comentarios: