jueves, 4 de junio de 2009

Es el paso del tiempo, que se convierte en mochila. Los recuerdos se transforman en sensaciones nuevas, pero ya no dan nada. Cuando viene a mi memoria esa noche en que me dijiste adiós cruelmente, no me abruma la desesperación que sentí entonces, sino una melancolía extraña que condena la razón a entorpecerse.
Todo es el paso del tiempo; son los mitos que nos consuelan; los cuestionamientos que aniquilan los mitos; la alegría de antaño en una cajita; la arena del reloj que se escurre en el ocaso; la tristeza de saber que mi esperanza no es ni será más que horas y siglos de añoranza.
Un cronómetro en el alma, y una daga envenenada en el cuerpo. Tu ausencia no es más que eso: una cuenta regresiva sin ceros.
30-05-09

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