viernes, 24 de julio de 2009

Me atrapé en una mentira haciendo abuso de mi soledad. De repente siento que ya no puedo alcanzar a nadie. Todo está muy lejos de mí. El silencio llega a abrumar a veces, y que lo haya elegido no significa que me agrade. Quisiera creer que fue la única opción que tuve, pero sabemos que me gusta jugar a engañarme, y tratar de expandir mi engaño más allá de las medidas de lo razonable, de lo posible.
Sería difícil que enumerara todas las cosas de las que me arrepiento. Está en mi naturaleza cometer errores evitables para refugiarme en la melancolía y sentirme incomprendida. Parece ser una especie de cueva oscura que hace las veces de hogar.
Y un terremoto interno hace que cuestione mis ideales, mis contradicciones. ¿Hasta dónde llegué? ¿Hasta dónde puedo llegar? Secuencias de imágenes que intentan hacerme ver que no soy más que un espacio en blanco me profanan la existencia.
Ya no hay nada que decir.

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