miércoles, 29 de octubre de 2008

Cabos sueltos


Una mano se acerca tan lentamente que su ayuda ya es innecesaria, y mi mirada se aleja tan fugazmente como sus palabras intentan acercarse. El primer rayo de sol borró mi inspiración… Esa inspiración de las noches de verano que llega como un ave a morir en tu ventana. Pero la larga noche intentó hacerme reaccionar. Intentó explicarme que no todo es lo que parece, y que a veces la oscuridad nos permite ver más cosas de las que imaginamos.
El silencio tan revelador me contó secretos de viejas pasiones de viejas personas que serán olvidados como todas las cosas viejas se olvidan, salvo aquel Dios. Pero si la humanidad avanza tan rápido como siempre, reteniendo toda la furia que provoca la serenidad de aquel que ignoramos, por qué el tiempo entonces avanza tan lento y rápido a la vez?
Mi vida monótona intentó ocupar más matices pero se internó en la opacidad de un negro tan profundo y misterioso como el fondo de un mar imaginario. Tormentas arrebatando vidas como el ruido de una bala cortando la quietud de una noche tan inmensa como el amor que alguna vez sentí y al que ahora me niego por inercia aunque mis pensamientos o sentimientos no coincidan con el ritmo de vida de mi cuerpo que simula indiferencia ante quien más importa.
Un cigarrillo más que se desvanece sin solucionar nada pero sin preocuparme un poco más. El humo no nubla mis problemas y tampoco aclara las soluciones, entonces todo sigue igual, todo sigue su curso sin desviarse. Seguirán un destino? O el destino seguirá nuestros pasos? Somos lo que creemos y nosotros formamos nuestras propias ideas a través de la razón y la experiencia, a pesar de su momentánea falsedad.
Si mi camino tiene que guiarme a algún lado, tal vez yo pueda orientarlo hacia donde yo prefiera, porque mi realidad depende de mis alucinaciones, y de cómo yo pretendo verla. Sin embargo, en este momento prefiero no ver nada más y entregarme a la ilusión de un día no tan extraño, lejos de este mundo tan extraño y de conclusiones tan extrañas que no pretenden atar ningún cabo suelto, sino desatar los que parecen estar atados.


Saltamontes
22/01/07

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