martes, 4 de noviembre de 2008

Sombra entre las sombras

Te sueño en colores entre tanta tempestad, pero nunca mis lágrimas fueron tan saladas. Corro entre los abismos de tus desgracias y tus miedos, intentando alejarlos, porque aunque no me los reveles creo conocerte sin saber cómo ni por qué. Me entierro entre tus deseos intentando ser parte de ellos y me camuflo entre tu sed para beber de tu mar, pero nada me sirve, nada me calma.
Soledades concurridas que se transforman en un equipaje muy pesado, pero seguimos adelante y paralelamente sin tocarnos. Pero en el fondo yo se que tu alma es la mía, aunque la cárcel de la piel social asesine brutalmente nuestros sueños.
Algún día dejaré de observarte desde la oscuridad para atreverme a secuestrarte y retenerte en mi cárcel de luces y melodías que te construí para nunca dejarte salir. Tu sangre será la mía y reclutaremos un ejército de colores para que nos amparen en esta lucha fría contra la desgracia marginal.
Siéntate al lado mío para desgarrarme el corazón y dáselo de comer a tu ego, es todo tuyo; toma mis manos y toca una canción para mi muerte, pero ni siquiera así lograrás escaparte de esto que te persigue, que no soy yo sino lo que sientes. Soy el reflejo de tus dudas y tus conflictos, tus antojos de ver desfilar antorchas por la calle de tu agonía y así sentirte en paz.
Pero sólo yo te veo como realmente sos, a pesar de tantas máscaras y trapos que te revisten para que todos se alejen. Soy yo quien se acerca en la noche a cantarte un beso desde algún lugar imaginario. Y también soy quien no te nombra, pero te escribe aunque ni vos ni nadie sepa que esto es tuyo, que todo sería tuyo si te dieras cuenta.
Los finales felices no existen por el simple hecho de ser finales, pero más tristes son las cosas que nunca empiezan, que nunca surgen por no animarse a surgir; las cosas que nos callamos por no animarnos a cantar, a escribir una poesía, a gritarle al mundo entero todo el dolor y felicidad que cargamos.
Y acá estoy, callada en la noche, acechando, esperando el momento para arrancarte la piel y meterme dentro tuyo. Para decirte que nada existe si no lo tocas, si no es digno de tu interés. Para decirte que no existo si no me ves.

No hay comentarios: