sábado, 28 de marzo de 2009

18-04-07

El estimado consuelo alcanza las profundidades del abismo aterciopelado en el que el resto y el rastro de mi vida se refugia. Pero la perfección de una voz sin alma dentro de mi mente, se va para el bien de los males, y vuelve para preocuparse por mí. De todas formas, entiendo tu abrazo helado por las fracciones de segundo en las que mi respaldo perdió su fuerza.
El aire silencioso de nuestro esfuerzo conjunto intentando acaramelar la sal de millones de mares de lágrimas se introduce en mis melodías, dejándome inmóvil ante la firmeza del recuerdo. Pero si caigo junto a los cadáveres de tus añoranzas, en mi entierro solo habrá canciones de autores frágiles... Canciones escritas por mi corazón e interpretadas con mi vigor para arruinar las cosas.
Entre los restos de la casa de tus ángeles se pierden mis pasos, pero este túnel de anhelos quisiera volver a hablar sin que tus oídos escuchen el eco del roce de su voz en el tiempo rebotando en las paredes de mi soledad.
Y a lo lejos, la luz de mil poemas, de mil metáforas, que me enseñaron a hablar...

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