martes, 24 de marzo de 2009

23-02-07

Hoy quiero que la luz de tu luna brille entre los árboles de mi presencia distante... Quiero borrar el silencio de la precisión de tus palabras, y dejar volar las cenizas del futuro sobre el mar de ilusiones. Hoy una mirada puede dejarme ciega y aun así seguiría viendo cada uno de los sonidos del alma.
En un camino en línea recta mi peregrinación fue tan en vano como el alimento de mis esperanzas, y cada hora superpuesta solo sirvió para incitar a un poco más de agonía... Pero hoy... Este hoy, es un mañana tan distinto... Es un reflejo de la nube más frágil... Es un paseo por el sendero de tus huellas invisibles...
La vanidad del porvenir una vez más tiene en sus manos el arma que puede convertir un simple presagio en realidad, aunque nadie sería capaz de entenderlo nunca. Tristemente el cambio de superficie conlleva a la variación de los efectos de las ideas paranoides tan mías y tan poco nuestras... Tan pasadas y latentes...
Hoy quiero quemar la foto del triunfo y dejar intacta la foto de las lágrimas de la derrota, para así comprender... Para nunca dudar del por qué... Para nunca dudar del quizás.
Y ese sonido tan agudo hoy no perfora mi imaginación... Esas voces tan calladas hoy no me incitan a saltar sobre tus respuestas. Pero nada cambia, o tal vez todo ya cambió... Nada penetra mis ojos en búsqueda de los laberintos de mi mente que se desvanecen en el núcleo del sol que alguna vez me prestaron y arrebataron.
Esa forma ya es tan común que es una simple extensión de mi forma pero hoy no quiero recurrir a su consuelo. Ya no quiero consuelos, ya no quiero sufrir, pero ¿cómo evitar caer al intentar despegar?
Hoy quiero enterrar tu filosofía en el cementerio de mi privacidad, y quiero asesinar cada resto de ignorancia de mi piel. Hoy quiero tantas irrealidades que cada vez son más tangibles...
Y si cada una de las lágrimas que estoy derramando en el nombre de la arrogancia pesara, enclaustraría mi mente en un frío ocaso, pero nada de lo que quiero es lo que en realidad deseo, Nada de lo que digo es lo que en realidad significa, y nada de lo que pueda explicar sobre mí tendrá algún sentido.
Hoy puedo querer tantas cosas y hacer tan poco para conseguirlas... Puedo detener mi esfuerzo fácilmente, pero emprender mi marcha me costará demasiado.
Mejor encerrarme en el pasado, para abstenerme de soñar.

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