viernes, 22 de mayo de 2009

20-05-09

Podría abrazarme a tu corazón flamígero hasta desvanecerme, e ignorar tu insidia melancólica. Pero tus ojos me amedrentan, y en un gesto ávido me alejo, intentando existir sin tu existencia. Ya se gastan las lágrimas, los rostros, los oídos. Ya se gasta el papel de borrarlo. Hasta luego no es más que un disfraz. Pronto escaparán raudamente mis pasos, dejando atrás mis pies. Quizás el viento me quite el alma y la cólera arraigada. Quizás no pase nada más que el tiempo y todo siga siendo inmune a tus palabras. Pero un mañana que no viene hará que la aurora realmente me despierte de estos miles de años (o segundos) de flagelos, y haré un nudo en mi garganta, por si me olvido de olvidar.
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Micaela se fue a Gualeguay :)
(Y al volver, a mi querida ciudad contaré, a los amigos que un día dejé, esta aventura simple. Voy a mentir, cuando les diga que ya superé, que nunca hubo dolor en mi piel, que nada tuyo existe, nena).

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