miércoles, 21 de septiembre de 2011

Aplaudan el desfile de entes primaverales, bailando alrededor de la abarrotada realidad, como si no existiera. Sáquense el sombrero ante el solemne transcurso de la idiotez y su estandarte. Compren, queridos súbditos, su felicidad; está al alcance de la mano. Alcen sus cabezas y podrán liberarse en la danza, siempre y cuando no noten los hilos con que los movemos. Sí, podés estar convencido, esto es lo que vos querés, no le des más vueltas. Tenés un auto y una novia alta y rubia, el asado los domingos y la rutina perfectamente planeada. No te salgas jamás el esquema, podés perder todo. No se te ocurra decir una palabra de más. Ni de menos. Está todo en el guión, no te preocupes. Nosotros nos encargamos de todo. Sonreí. ¿Qué estás esperando? ¿Cómo que no te divierte este gran espectáculo? Señorita, usted acaba de firmar su carta de renuncia ante el mundo. Puede refugiarse en el rincón. No se moleste en gritar, su agonía no puede perturbar nuestra felicidad. Hemos tomando todos los recaudos y hemos dejado a todos sordos y ciegos, y debo decir que no han presentado resistencia. No se moleste, no van a despertar; solo nosotros, los hipnotizadores, controlamos este sueño mágico. Más colores, por favor. ¡Atención! Creo detectar un esbozo de pensamiento. Soldado, córtele la cabeza. ¡Nos hemos salvado!

2 comentarios:

antonelana dijo...

¡Genia!

¡Chau entes primaverales! Entiérrense en un pozo y háganse árboles, comida de los bichos subterráneos, semilla de las flores, pasadizo secreto de lombrices. ¡Entiérrense! Qué el saltamontes los pisoteé una y otra vez hasta desarrollar ampollas en los pies.

Me hacés acordar mucho a The Wall de Pink Floyd con este texto, me encantó. (Esto es un halago gigante como tu edificio)

Morra. dijo...

Me encanta ! :D