martes, 4 de octubre de 2011

Cíclope

Recién te diste cuenta de que te soltaron la mano hace tiempo. De que solo sos una migaja de tierra en el universo. No tenés dónde apoyar la espalda para descansar. No tenés dónde descansar la cabeza para llorar. Y está bien, sos libre. Sos libre pero estás sola. ¿Cuál es el precio de la libertad?
Te prometieron un mundo de rosas, y de repente no había nadie a tu alrededor, estaba oscuro y tenías miedo. Ahora cruzás la calle mirando para los dos costados, cuidando que no te choque el mundo, que la vorágine no te lleve por delante y te arrastre hacia sus fauces.
Te prometieron una infancia eterna, el jardín más verde, la calesita y la sortija. Te prometieron todo y no te dieron nada. Podés subir la escalera, podés saltar al abismo, podés envenenarte hasta la saciedad, y el cíclope no lo verá. 
Dejar de respirar, irte y no volver, esconderte detrás de la puerta para siempre, arremolinarse en eufemismos, es todo lo mismo. La metáfora te ahorca.
Ahora vas a dar el primer paso. Soltá las manitos, chocate contra la pared, rompete la cabeza, desangrate. Soltá las manitos, aprendé a usarlas, ponelas alrededor del cuello del cíclope, y apretá fuerte. Felicidades, cortaste el cordón. Te diste cuenta de que siempre estuviste sola.

5 comentarios:

antonelana dijo...

Sola Lola, sola.

:(

Ire dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ire dijo...

Ajá, la destinataria lee esto y se pega un tiro, re buena onda lo tuyo jajaja mentira! yo puedo entender que uno ficcionaliza, entre otras cosas, cuando escribe.

Saltamontes dijo...

Esto no tiene destinatario. Mucho menos autor.

Ire dijo...

Ok, perdón.