Lo paradójico acá es que el rompecabezas está completo mientras le falten piezas. Cuando están todas en su perfecto lugar, cuando no hay un huequito, una llaga donde meter el dedo, la completud se te atraviesa en la garganta y va bajando, despacito, hasta revolverte las entrañas. Quizás tu terapéuta o el taxista no entiendan que cuando él no está, vos todavía tenés esperanzas. Pero cuando lo ves llegar con esa sonrisa de perrito mojado, trayendo el desayuno para dos y el diario con todo lo que uno necesita saber sobre la realidad milímetro a milímetro, se te cierra el estómago y estás más vacía que nunca. La perfección te arruina, te quita las ganas. Tu mundo está completo mientras no lo esté.
7 comentarios:
El equilibrio es la muerte.
No demos lugar a la falta de la falta.
Igual algo es cierto, es imposible la completud, porque no hay forma de expresarla. Las palabras son la causa de todo, son las hijas de puta, son las madres que apaciguan, son la cuna de los miedos, son la enfermedad, y a la vez pueden ser la cura. Las amo tanto como las odio. Te hacen creer que pueden, que están, que las uses y las refriegues, que te vuelques sobre ellas, y todo es fragmentario. La mentira mas grande este mundo es el lenguaje, y a partir de eso: todo lo que hicimos con él. Es un arma, y es la paz. ¿Te das cuenta?
Mátenme.
Tampoco hay forma de expresar la incompletud. No hay forma de expresar nada. A veces pienso que la gente aprende tantos idiomas para ver si consigue decir lo que realmente quiere decir. Me molestan mucho las palabras. Más que nada las palabras. Las otras formas de comunicación son un poco más reales. Pero esto que soy yo -y eso que sos vos, por añadidura, y lo que es tu vecino de al lado, el del perrito, y su mujer, y demás- no son palabras. Lo que yo quiero decir no son palabras, son cosas que están más adentro y que nunca van a tener su palabra justa.
Viste. Nos tenemos que matar todos. O quizá el arte...
mmmmmm
veremos.
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