sábado, 11 de abril de 2009

Dice Pistorius, en el capítulo VI “La lucha de Jacob”, del libro Demian de Hermann Hesse:

-Ha declarado usted -me dijo un día- que si le gustaba la música era por su total carencia de moralidad. Está bien. Pero lo que importa es que tampoco usted mismo sea un moralista. No tiene usted por qué compararse con los demás, y si la Naturaleza le ha creado para murciélago, no debe usted aspirar a ser avestruz. A veces se tiene usted por demasiado raro y se reprocha por seguir caminos distintos a los que sigue la mayoría. Deje usted eso. Contemple el fuego, contemple las nubes, y en cuanto surjan los presagios y comiencen a sonar en su alma las voces, abandónese a ellas sin preguntarse antes si le conviene o le parece bien al señor profesor, a papá o a un buen dios cualquiera. Con eso no hace uno más que echarse a perder, tomar la acera burguesa y fosilizarse. Querido Sinclair, nuestro dios se llama Abraxas y es dios y es demonio; entraña en sí el mundo luminoso y oscuro. Abraxas no tiene nada que oponer a ninguno de sus pensamientos, ni a ninguno de sus sueños. No lo olvide usted. Pero lo abandonará en cuanto usted llegue a ser normal e irreprochable. Lo abandonará y buscará otra olla en la que cocer sus pensamientos.


y ahora digo yo.. cuanta falta nos hace a todos desprendernos del que diran y liberarnos... ser lo que somos realmente, y no lo que quieren que seamos.