miércoles, 29 de abril de 2009

Antifaz

Mi antifaz se desvanece nuevamente entre la niebla de esta ruta eterna, feroz. Me siento indefensa sin él para refugiarme de mis errores, de mis palabras. A veces hasta lo dejo hablar por mi, y juro que la gente le cree. Él sonríe todo el tiempo, y ni te nombra. No sabe de amores, ni mucho menos de desamor; nunca se queda sin palabras, ni se desvela pensando en qué vendrá. El antifaz no sueña amanecer acompañado, y no extraña tu calor. No reflexiona días enteros. No sufre la angustia de tu rechazo, y siempre quiere bailar.
Entonces, ¿por qué no es feliz el antifaz?

No hay comentarios: